Me encuentro por primera vez en meses con un tiempo para escribir. Y voy a retomar poniéndosela a la altura de la medallita a los dirigentes como amerita la situación actual de la Selección Chilena de Fútbol.
Cuando entre finales del año pasado y principios de este año la ANFP quedó sumida en el más grande de los desórdenes, dije (como muchos, no me voy a adjudicar la autoría) que estábamos cambiando filete por charqui y que la salida de Harold Mayne-Nicholls de Quilín significaba la inevitable vuelta a la mezquindad y torpeza que ha caracterizado históricamente a nuestro fútbol.
Pues bien. Asumió Jadue, Bielsa trató de quedarse como él mismo dijo en su última conferencia pero se vio obligado a renunciar porque la nueva dirigencia no le daba confianza ¿De qué confianza nos hablaba? Además de una confianza en la moralidad de quienes la componen. Pero más importante aún, Don Marcelo desconfiaba de que le fueran a otorgar realmente todas las garantías para realizar su trabajo como corresponde. Es un trabajo de excelencia y eso requiere de recursos: PLATA.
Pasados algo así como 4 meses de gestión de Sergio Jadue, con escándalos múltiples en su directiva, podemos decir que todos quienes desconfiamos junto con Bielsa teníamos razón. Hoy con un grupo de jugadores de primera categoría, un técnico de segunda y dirigentes de quinta con recursos que serían adecuados para una selección escolar pero no para una Selección que pretende ganar la Copa América.
Chile hoy tiene una nula preparación para afrontar el torneo continental del próximo mes, pues los partidos con Portugal y Colombia ya no cuentan por la distancia que existe en el tiempo con los próximos "duelos preparatorios". De jugar contra España, Portugal, México y Estados Unidos pasamos a jugar contra la selección "B" de Estonia. Chanterío insorportable.
Chile retorna de a poco al tercer mundo del fútbol porque aunque la mona se vista de seda, mona se queda. La aparición esporádica de dirigentes eficientes no evita que reaparezcan los buitres para saquear y destruir todo lo bueno que se hizo los cuatro años anteriores. Y la gran culpable de todo esto es la prensa, que levantó a Mayne-Nicholls y acabó por bajarlos a él y a Bielsa porque no les daban el trabajo hecho y tenían una política de puertas cerradas con los medios que fue sumamente beneficiosa en lo deportivo.
Queda de consuelo que les ha salido el tiro por la culata, ya que finalmente el bueno de Borghi (injustamente criticado por propiciar la indisciplina) les dio con la puerta en las narices por publicar lo que debe quedar en el camarín. Ojala les sirviera de escarmiento.
